KUATSU.
El arte de Resucitar
“Al
Shogun de la región de Kai, Takeda, se le apagaron de improviso todas las luces
cuando el caballo enemigo colisionó con violencia contra su armadura, lanzándolo a una
distancia de unos cuatro metros e impactando sobre uno de los miles de árboles
centenarios que poblaban el frondoso bosque donde se desarrollaba la batalla. Como
un pequeño destacamento de hormigas, sus hombres cierran un circulo defensivo
de lanzas y espadas a su alrededor, dos de los Samurái más antiguos, pertenecientes
a su guardia personal, agarran su persona y lo depositan sobre uno de los
cientos de caballos muertos que adornan el lugar, de tal manera que su cuerpo
queda arqueado, inmediatamente aplican presiones rítmicas, precisas y con energía
sobre el epigastrio en dirección al corazón. Respira, se reincorpora con ayuda,
su mirada todavía parece lejana, con un perceptible gesto de su cabeza, a modo
de saludo, agradece la ayuda prestada, hincha su pecho con una generosa
bocanada de aire, extiende la mano para agarrar su espada y se prepara para
continuar la lucha”
En el antiguo Japón, los
emperadores, enviaban a sus mejores eruditos a estudiar a la civilización más
avanzada, China. Su objetivo era el de asimilar cuantos conocimientos pudieran
resultar de su interés. Entre estos conocimientos relacionados con la guerra,
la medicina y las artes, resultaban de especial atención los dos primeros.
De estos conocimientos de medicina
china, fueron los japoneses mediante el
estudio realizado por médicos y guerreros en el campo de batalla, quienes
consiguieron que las maniobras necesarias para la recuperación de un cuerpo lesionado
o inconsciente, se pudieran realizar de
manera sencilla y eficaz.
Al arte de la reanimación lo
denominaron KUATSU. Las técnicas o maniobras de recuperación, fueron
rápidamente asimiladas por los clanes guerreros samurái de la época, utilizadas en las batallas y escuelas de entrenamiento
donde se producían infinidad de lesiones. Una vez probadas, aquellas que
resultaban evidentemente eficaces, pasaban a incorporarse al método propio de
cada casa samurái, convirtiéndose en secretos celosamente guardados por todos
sus miembros y aunque se transcribían al papel, mediante dibujos anatómicos del
cuerpo humano, su entendimiento quedaba expresamente supeditado al conocimiento
inicial que se obtenía de la pertenencia y adiestramiento previo que ofrecía el
Clan samurái.
Hacia el año 1.769, al
parecer, en cada una de las muchas escuelas de entrenamiento marcial que existían
se practicaban los métodos de reanimación, todas ellas eran consideradas
secretas y singulares de cada escuela e instruidas de generación en generación.
“A
luz mortecina de una vela, eran reunidos en congregación los estudiantes
escogidos por el Clan para aprender, mediante la aplicación práctica, las
técnicas de KUATSU. Se practicaba la estrangulación hasta conseguir la pérdida
de consciencia del individuo, para acto seguido y de manera inmediata proceder
a reanimarle. Una vez comprobada su recuperación, el candidato firmaba un
juramento de sangre, de absoluto secreto, bajo amenaza de perder la vida y en
ese instante se le empezaban a revelar los secretos de la reanimación.”
Hasta la mitad del siglo
XIX, en Occidente, cualquier individuo que sufriera una parada
cardio-respiratoria era seguro que sería el destino quien decidiera su suerte, ya que nadie intervenía en su atención. Es en
el último cuarto de este siglo cuando se empezaron a utilizar formas de respiración
artificial.
El gran maestro Jigoro Kano,
fue a principios del siglo XX, quien considero necesario recopilar y analizar
los métodos de reanimación que seguían perdurando, desde las extintas casas de
samurái, entre las escuelas de artes marciales y que habían aceptado mostrárselos.
Lo primero, comprobar cuales eran los más efectivos y sencillos de utilizar,
para incorporarlos al programa de formación de sus estudiantes, futuros
profesores.
El Sensei Kano, tenía muy
claro que su arte marcial, el Judo, debía de ser lo más completo posible,
integrando la técnica para aliviar lesiones o socorrer a un practicante en
peligro, lesionado o inconsciente, durante sus entrenamientos cotidianos.
“Puesto que enseñas o
aprendes técnicas que pueden causar la muerte, debes aprender también los
procedimientos de reanimación, porque la vida es un valor que está por encima
de todos los demás.” Jigoro Kano
En Japón, los Kuatsu, se
aplicaron con éxito sobre civiles encontrados en medio de catástrofes, como los
bombardeos sufridos durante la 2ª Guerra Mundial.
Hoy se conoce con
suficiencia que estas técnicas de reanimación, Kuatsus, son efectivas y deberían
ser conocidas más profundamente por el público en general y por los estudiantes
de artes marciales en particular.
Osss!!!
Sin duda una de las entradas más interesantes, para mi, publicadas hasta ahora ;) Osss!
ResponderEliminarVale la pena hacer estos kuatsus un objeto de estudio de las ciencias médicas. Sobre todo la parte de aplicar presión sobre el vientre, en lugar de sobre las costillas, que es como se ve en los métodos comunes de RCP. No es algo infrecuente la fractura de costillas durante el proceso de reanimación, por que la situación no da lugar al mejor de los cuidados, ni a la mayor de las cautelas. Sin embargo, veo complicado fracturar una costilla cuando ni siquiera presionas sobre ellas.
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